martes, 25 de septiembre de 2007
Células madre de la sangre de cordón
Esta es una columna de opinión publicada en el diario Clarín. Estoy de acuerdo con la especialista: falta debate sobre el asunto. Yeimi decidió solicitar la extracción tras el nacimiento del bonito Tomás. Pagó una cantidad de dinero por la extracción y paga una cuota anual por la preservación. Cuando le pregunté (ella iba como en el sexto mes de embarazo) por qué contrataba el servicio, me contestó que el parto iba a ser la única oportunidad que tendría para colectar células madre de Tomás. Después dijo algo así como que ése era el tipo de cosas en las que prefería pecar por exceso y no por defecto. También hay un banco público, pero parece que muchas madres prefieren que las porquerías que se extraen de su hijo sirvan sólo para su hijo. Me atrevo a especular con que más de una de las que contrató el servicio privado debe haber pensado: "¿qué pasa si las células de mi pollo pasan a formar parte de un sistema solidario y justo cuando él las necesita ya no hay?". Y ese es otro debate que no se da: dentro de los sistemas solidarios de salud, ¿cómo garantizamos la atención de las necesidades de todos?
En cualquier caso, en Tucumán no hay un banco público ni privado que colecte células madre del cordón umbilical. Si se recogen aquí en el momento del nacimiento, se guardan en Buenos Aires.
A pesar de que nuestra provincia tiene una universidad prestigiosa, con una carrera de Medicina muy respetada, los transplantes de órganos son una práctica incipiente. Hay otras carreras universitarias que tienen entre sus incumbencias la investigación sobre células madre. ¿Les interesa el asunto? ¿Lo están llevando adelante?
Por el momento, no puedo sumarme a un debate que no se ha iniciado. No tengo información, no sé si mi Chobi irá a necesitar un transplante o implante autógeno. Si pudiera elegir donaría los desechos (¡puaj!) del parto (la sangre de cordón) a un banco público de reparto solidario. Como no puedo, mi bebe va a estar en las mismas condiciones que la inmensa mayoría de sus comprovincianos y no habrá pequeño tesoro celular acumulado en una cajita bio preservante. Si llega a necesitar un repuesto, haremos como muchos y apelaremos a la solidaridad de los donantes. Antes, claro, trataremos de enseñarle a ser generoso para dar y agradecido para recibir. Después de todo, es así como queremos que funcione el sistema sanitario argentino.
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